Personajes


En la adaptación de La caída de la Casa Usher los personajes se han reducido a tres: Christian, el amigo viajero, Roderick Usher y Madeline Usher. Roderick y Christian son los dos pilares que sostienen esta adaptación de la obra maestra de Edgar Allan Poe, sin embargo es Madeline Usher, la hermana gemela de Roderick, el verdadero motor de esta historia, con tan solo tres apariciones en escena y sin mediar palabra mueve los acontecimientos, altera el carácter de los dos protagonistas y cierra la obra.



RODERICK USHER


Interpretado por el bajo Alfonso Baruque, es el protagonista de esta pequeña pieza musical: un individuo excéntrico, de carácter cambiante, que está enfermo y que vive obsesionado, oprimido, al borde de la desesperación. 
Es el hermano mellizo de Madeline y está vinculado a ella de un modo muy intenso, más allá de lo explicable. Él y su hermana son los últimos de su linaje y viven desesperados por su inminente desaparición.



CHRISTIAN


Interpretado por el tenor Aurelio Puente, es el narrador, la espina dorsal que sostiene la historia y conduce el hilo argumental.
Christian, único amigo de la adolescencia de Roderick, accede al ruego de visitarle cuando recibe su desesperada carta, llena de misterio. Queda perplejo cuando descubre el cambio físico y emocional de su amigo, y las peculiares circunstancias que rodean la vida enfermiza de los dos hermanos. 
Trata de reconfortar a su amigo, pero se ve arrastrado por su intensa melancolía y por la atmósfera opresora de la carcomida mansión. 


MADELINE USHER


Interpretada por la actriz y bailarina Lucía Moragón, es un personaje casi espectral, profundamente enfermo y al borde de la muerte. Vaga por la casa sin rumbo hasta ser finalmente consumida por la catalepsia.
Tras este suceso, el vínculo existente entre Madeline, Roderick y la propia mansión familiar, que identifica el apellido con el edificio, crece y enloquece.
Madeline saldrá de su sepultura, envuelta en su mortaja, y abrazará fuertemente a su hermano mientras el edificio se derrumba. Así se funde el destino de su estirpe con el de la mansión, simbolizando la extinción definitiva de La Casa Usher.